viernes, 18 de diciembre de 2009

LOS NACIONALISMOS PERIFÉRICOS

Mientras todos se unen para fortalecerse, ellos quieren separarse. Se unen las parejas de cualquier sexo, se buscan los Bancos, los blancos ahora quieren a los negros. Pero algunos políticos catalanes y vascos se empeñan en ser ellos solos. Nada de España, nada de Borbones, nada de toros, que huelen mal. Por mí, se pueden separar. Tampoco es cuestión de obligarles. Eso sí que no vengan como plañideras a rogar volver como hijos pródigos, porque seguramente, aunque lo recojamos, ya no será lo mismo. Los catalanes y los vascos que han sido tan españoles como los que más, aunque ellos (algunos) no lo crean y renieguen de ese pasado, deberían aprender a decir soy vasco o catalán de España y del mundo.
    Independientes ya lo son, pero si se separan se quedarán siendo sólos en su trozo de tierra. ¿Por qué si se puede ser más, quieren ser menos? Si ya son biligües de cuna, porque no aprende un tercer idioma, en vez de empeñarse en imponer el suyo por encima del castellano, que saben hablar también y tan bien. Nunca, como en esta incipiente democracia española, esas nacionalidades periféricas han sido tan libres e independientes como hoy día. Pero si quieren seguir la historia por su cuenta, por mí, buenas noches y buena suerte.