jueves, 3 de septiembre de 2009

CARACAS/CAOS

A la acostumbrada caótica Caracas, plagada de atascos automotor por calles, avenidas y autopistas urbanas, ahora más que nunca antes, hay que sumar la basura tirada en las aceras a pies de árboles y postes y la escasa iluminación nocturna en un país, donde todavía es muy barata la energía eléctrica. Eso sin dejar de sumar la sensación de inseguridad, aun cuando vayas dentro de un automóvil.
No es una ciudad turística, aunque el Ministerio correspondiene ocupe ahora el edificio de la embajada de EE. UU. trasladada a las afueras de la ciudad en un búnker con inhibidores de las señales de radio o móviles. Sin embargo, la revolución chavista/bolivariana se va imponiendo lentamente, invadiendo los terrenos de la democracia en su travesía hacia el socialismo del siglo XXI, tras diez años y medio en el poder absoluto.
La libertad de expresión aún no ha sido socavada totalmente. Siguen saliendo los periódicos diariamente, dos de ellos, El Universal y El Nacional, plagados de anuncios comerciales y públicos, y con titulares que corresponden a un periodismo de oposición, aunque no precisamente bien escritos.
Las televisiones, como en casi todas partes es mala, malísima. O telenovelas o política, no hay opción. El canal del Estado VTV, con una programación panfletaria de bajísimo nivel. El canal opositor, Globovisión, con unos 8 puntos de audiencia (muy baja y sin cobertura nacional), hace un periodismo de denuncia y fustigamiento permanente en una programación irregular, que nos pareció anticuada y sin contrastes de la opinión adversa al gobierno.
La gran polémica de los días en que estuvimos en Caracas (19 de agosto al 1 de septiembre) fue la nueva Ley de Educación. Las manifestación multitudinaria en la calle fue gaseada (con 'gas del bueno', como dice el comandante Chávez) y varios dirigentes opositores han sido encarcelados de manera fulminante acusados de instigar a la desobediencia civil ante las fuerzas policiales.
El enfretamiento se ha agudizado ante las declaraciones de la Fiscal General, prochavista, al amenazar con llevar a la cárcel a quienes se manifiesten y pasen la raya de la obediencia civil. Una advertencia que ha sido tomada por la oposición como una declaración de guerra y un atropello a la libertad de expresión. Para el próximo sábado 5 han convocado a otra macro manifestación, desafiando al gobierno a detener a más de doscientos dirigentes opositores electos, quienes la convocarán con sus firmas.
Esto en el marco de un repudio mundial a Chávez, convocado por la comunidad civil de FACEBOOK y otras redes sociales, para el 4 de septiembre con el lema: 'NO + CHÁVEZ'. Comentamos con varios militantes chavistas vinculados al mundo universitario, que su política de comunicación es muy mala. Ellos estuvieron de acuerdo y la calificaron de pésima.
La verdad es que el chavismo, en sus diez años de gobierno ininterrumpido, no ha logrado destacar en los parámetros que señalan el progreso de una nación. Uno de sus portavoces en la Asamblea Nacional (de mayoría absoluta del régimen) ha declarado que la situación de la sanidad pública es caótica. El dinero que aprobaron para la rehabilitación y modernización de los hospitales se ha perdido y las obras no se han realizado. 'Menos mal que aún funciona la medicina privada', ha dicho este diputado. Un contrasentido para su partido que, desde el gobierno, proclama la estatización de todo lo que se mueva: desde el café hasta la sanidad.
Igual suerte han seguido otros indicadores sociales: la inflación galopante, Caracas es ya una ciudad tan cara como Madrid; ocupa el segundo lugar de inseguridad en el mundo, por delante de Bagdad o Kabul; la pobreza crítica ronda el 80% en muchas zonas y el desempleo va por el 12%. En ese panorama, el gobierno acaba de anunciar que subirá la gasolina de 95 octanos, la más usada por los coches, en un país donde todavía es más barata que el agua mineral. Mientras tanto la oposición lucha contra este gigante que es el Estado socialista venezolano, cuyo comandante tiene aspiraciones de líder continental y mundial, bajo la añeja consigna cubana de 'Patria, socialismo o muerte'. Desde aquí esperamos y hacemos votos democráticos porque no se llegue ni a lo uno ni a lo otro. Salud

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